WE'RE BACK BITCHES

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Por: Freestyle Señorita

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Podría catalogar como inaudito lo que mis ojos veían ese miércoles 03 de Marzo, al calor de la noche, de la cena, y de mi cara de disgusto porque las únicas dos televisiones de mi hogar estaban ocupadas por los únicos dos hombres de mi vida. El más pequeño en estado “reposet” a lo largo y ancho de mi cama con cartoon network a todo lo que daba, y el mas verjoloton, super instalado en la sala con los ojos fijos a la ilusión de cualquier aficionado mexicano. Jugaba la Sele. Era su segundo partido de preparación antes de lanzarse al massive suicide que le espera en Sudáfrica en un par de meses.

Que si el vasco dijo, que si no dijo, que ni vasco es, que si aceptamos su disculpa, que la barbie, que Cabañas, que el Cuau ya se bofea, que le ganaron a Bolivia porque de plano; el escepticismo con New Zealand porque están bien altotes, y el chicharo… pues ni a frijol llega, que al Jiovanni borracho ya ni por hacer la beli-señal mete gol, que al de Nigris ya se le acabaron los 15 minutos de fama, que pobre Jorge Campos porque es la torta de los comentaristas de Azteca 7, que Rafa Marquez ya no es Capitán, que fue, que vino, que se quedó, que se vaya, que Adidas diseño el nuevo uniforme de visitante de la selección, que disque es NEGRO…

Y entre tanto dime y direte, aparece una imagen del tricolor caminando por el túnel de los vestidores hacía las tierras de lo incierto.

Woa, what the hell is that!

De un suspiro me quedé parada frente al televisor, en estado de shock de experimentar lo que mis ojos veían. En un santiamén olvidé el mitote que les narré arriba; busqué la silla más cercana y todavía con la boca abierta, no daba crédito a lo que pasaba.

En mis narices enfocaban uno a uno, los jugadores

mexicanos mas agraciados y virtuosos que mis ojos inquisitores hayan visto. Aquello era un verdadero desfile de gala. Todos portando el tan anunciado sobrio uniforme negro ebano. Negro como la noche, elegante como una velada.

Las camisas de manga larga finamente terminadas,

como algodón de mil hilos que solo se da en Egipto, asi como ese del que habla la Gwen en su canción; las 3 lineas clásicas de adidas a lo largo del brazo en rojo ciruela; vivos en color verde nopal; el sellote de la FMF tan perfectamente impreso, situado en el área del corazón, y el número del jugador del lado derecho, con la fuente más ad hoc para tal manjar. Sin faltar obviamente el detalle de MÉXICO, mi México querido, sutilmente postrado en la parte de la nuca, en color blanco ostión, dándole el toque de orgullo para el aficionado tricolor.

Por primera vez en mi vida me sentía satisfecha y bien representada, tanto, que sin querer, me quedé viendo todo el partido sin pensar en lo peor.

(Ahora si) Ese era mi equipo! Era mi México! Mis jugadores invencibles, elegantes, los de buen gusto, y excelente preparación.

Hasta se me figuro que estaban al tanto de mis halagos, porque así nomas, me regresaron el favor, y nos regalaron un marcador ganador.

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Para finalizar, después de este partido no sé que le depara a la Selección Mexicana de Futbol. No soy experta, ni prentendo serlo. Solo espero que si en el camino se topan con el coraje, la pasión y la garra que dejaron olvidadas en derrotas pasadas, hoy es tiempo de recuperarlas.

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Porque hay equipo, hay ganas y hay uniforme! jijos de su pan birote...

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MEXICO LET'S GO!

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